Las Dificultades del Turismo Inclusivo en México, se originan desde el desconocimiento sobre la accesibilidad, ya que hablar de accesibilidad no significa sólo hablar de rampas de acceso para personas con discapacidad a lugares públicos.

Hablar de accesibilidad significa ofrecer acceso a cualquier espacio a personas adultas mayores, mujeres embarazadas, personas con discapacidad, personas con discapacidad temporal, personas con obesidad, personas de talla baja, papás con carriolas… es decir, prácticamente del 50% de la población.

Desde esta perspectiva, es cuando, en realidad, se vuelve atractivo el invertir en accesibilidad y por supuesto en Turismo Inclusivo.

Uno de los principales problemas que ha enfrentado la inversión en accesibilidad es que erróneamente se ha pensado sólo en el 5% de la población con discapacidad y no en el total de la población a quienes se les beneficiaría.

Un estudio realizado por la empresa AdaptA “Accesibilidad para todos” basado en sus registros de arrendamientos de servicio otorgado durante 5 años en Turismo Accesible en Cancún, muestran que el producto más rentado por los turistas es la silla de ruedas estándar, seguido por el transporte accesible y el scooter eléctrico, el 48% de sus clientes son Personas con discapacidad permanente y temporal, el 41% adultos mayores. En este mismo estudio se muestra que el 53% son usuarios son de nacionalidad estadounidense y el 18% de nacionalidad mexicana.

Lo que nos muestran estos porcentajes es que la necesidad de accesibilidad existe y el turismo nacional, cada día exige mejores y mayores alternativas de viajes incluyentes.

El prototipo de ciudad que sugerimos en CIDCCA México (Consejo Iberoamericano de Diseño. Ciudad y Construcción Accesible), tiene como objetivo Rutas Integrales que ofrezcan:

• Mayor Turismo.
• Inclusión.
• Mayor Empleo.
• Efecto Social consciente.
• Infraestructura Patrimonial.
• Incremento en la derrama económica.