El reclamo de diversas organizaciones ha sido generalizado: exigir que se considere a las personas con discapacidad como un grupo prioritario y sean integradas a la estrategia de inmunización. Sin embargo, hasta ahora, el único criterio para que se conceda una vacuna en México es la edad, ello, a pesar del riesgo que implica para una persona amputada, con cáncer, diabetes o hipertensión contagiarse de Covid-19.
Estas personas deberían ser parte del primer grupo de prioridad, pues sus síntomas pueden ser muy graves en comparación con las personas que tienen un sistema inmunológico fortalecido.
La Alianza Internacional de Discapacidad, que representa a más de mil millones de personas con discapacidad solicitó a la Organización Mundial de la Salud priorizar el acceso de éstas a las vacunas.
Actualmente el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) atiende anualmente a más de 76 mil personas con discapacidad a través de sus más de mil 600 unidades de rehabilitación y de ellos, hay muchos jóvenes amputados de 20, 30 o 40 años que presentan patologías paralelas como la diabetes o la hipertensión que complican más la Covid-19.