Publicado el 01/04/2019

Por María Eugenia Núñez Gómez.

Hoy en día el Centro Mexicano para la Filantropía otorga el distintivo de Empresa Socialmente Responsable a más de 572 empresas mexicanas; este distintivo es merecido por aquellas empresas que involucran cuatro aspectos importantes en su gestión diaria:

  • Calidad de vida en la empresa
  • Ética empresarial
  • Vinculación de la empresa con la comunidad
  • Cuidado y preservación del medio ambiente

Estos cuatro aspectos promueven que la empresa trascienda su razón primaria, que es la Generación de Empleo y aportación al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, para establecer entre sus procesos diarios acciones que aporten al bienestar social y medioambiental.

En tanto que la Responsabilidad Social Empresarial es una gestión transversal, es decir que trastoca todos los niveles de la organización y a todos los colaboradores, resulta de vital importancia considerar un área de oportunidad que se ha dejado de lado y que bien valdría la pena contemplar en este nuevo paradigma de gestión empresarial:

Involucrar a personas con discapacidad en sus políticas, toma de decisiones y proyecciones estratégicas.

Es evidente que falta información al respecto, en principio porque el contexto sociocultural ha sido excluyente a través de la historia empezando por los hogares, el sistema educativo y en consecuencia el sistema laboral. Toda vez que a las personas con discapacidad se les ha rezagado desde sus hogares, se les ha limitado la posibilidad de estudiar y con ello, de ser tomados en cuenta para algún trabajo formal. Pero es momento de tomar las riendas sobre dicho problema de desinformación y estigmas socioculturales, para generar cambios desde la raíz.

Por algún lugar se debe empezar y por ello se propone que las Empresas Socialmente Responsables acuñen esta iniciativa y promuevan entre sus empleados, gestiones diarias y políticas, a la inclusión laboral.

Para lograr dicho propósito, se presentan a continuación dos tablas que derivan del censo general de población y vivienda 2000, aplicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). En dichas gráficas se observan las edades de personas con alguna discapacidad, el tipo de discapacidad y su nivel de estudios, de tal forma que con esta información se diseñen estrategias que posibiliten su inserción laboral.

Grupos quinquenales de edad Total Hombres % Mujeres %
Total 5,739,270.00 48.9 51.1
0 a 14 años 520,369.00 58.2 41.8
15 a 29 años 566,587.00 57.4 42.6
30 a 59 años 1,881,162.00 50.2 49.8
60 a 84 años 2,336,277.00 45.3 54.7
85 y más años 431,519.00 40.9 59.1
No especificado 3,356.00 53.5 46.5

Tabla 1. Población total de mexicanos con alguna discapacidad y el porcentaje correspondiente según sexo y grupos de edad

Esta tabla indica que en México hay más de dos millones de personas con alguna discapacidad y que se encuentran en edad económicamente activa. Es importante señalar que esta cifra proviene del censo nacional aplicado en el año 2000, por lo que después de 11 años esta población sin duda alguna ha aumentado considerablemente.

Entidad federativa Total Caminar y moverse Ver Escuchar Hablar o comunicarse Atender el cuidado personal Poner atención o aprender Mental
México 5,739,270.00 58% 27.2 12.1% 08.3% 05.5% 04.4% 08.5%
CDMX 483,045.00 60.2% 25.0 12.9% 07.4% 06.6% 04.4% 09.2%

Tabla 2. Población total de mexicanos y del Distrito Federal con alguna discapacidad y su división porcentual a partir del tipo de discapacidad.  La suma de los porcentajes puede ser mayor al 100% en virtud de que hay personas que poseen más de una discapacidad.

La anterior tabla permite afirmar que tanto en México como en el Distrito Federal, hay un gran porcentaje de personas con la capacidad de realizar trabajos que no requieren movimiento físico, como los mentales, de recepción, conteo o de atención al cliente vía telefónica y presencial; trabajos que se requieren en casi todos los negocios, empresas y corporativos.

En términos educativos lamentablemente hay un gran rezago a nivel nacional, cosa que evidentemente afecta con más ahínco a las personas que poseen alguna discapacidad. El censo poblacional del año 2000 indica que el 35.5% de la población con alguna discapacidad no tuvo acceso a la educación básica; 62.4% de la población afirma haber tenido acceso a la educación sin poder concluirla (frecuentemente esto sucede por problemas económicos o limitaciones del propio contexto al que pertenece la persona); sin embargo quienes logran continuar con sus estudios hasta el nivel superior, buscan la oportunidad de que se les permita ejercer su profesión, sin importar la discapacidad que posean.

El análisis obtenido a partir de las tablas arriba descritas, permite sin duda alguna romper el estigma de exclusión laboral que viven las personas con discapacidad. Las Empresas que ostentan con orgullo el Distintivo de ser Socialmente Responsables podrán plantear entre sus procesos y políticas de vinculación con la comunidad, calidad de vida en la empresa y ética empresarial, formas de contratación y flexibilización para personas que, sin importar su condición física, tienen el derecho a su realización profesional a través de un trabajo digno.

Finalmente es importante señalar que en términos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio -que involucran tanto a las empresas como al gobierno federal en su plan de desarrollo nacional-, se presentó un informe en el mes de julio 2011, mismo que señala el rezago que ha habido en términos de oportunidades de desarrollo para la población que posee alguna discapacidad; por lo tanto sirva este artículo como invitación a todas las empresas y gobierno, para considerar en sus procesos y políticas de inclusión laboral a las personas con discapacidad.

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