He llegado a temer el Día Internacional de la Mujer y si bien deben ser celebradas, levantadas y brindadas plataformas para hablar, la celebración anual rara vez brinda una plataforma a mujeres con discapacidad.
Claro, se está volviendo más inclusivo en un sentido general. Pero para aquellas personas que además viven con discapacidad, todavía existe un largo camino por recorrer.
Las celebraciones del Día Internacional de la Mujer a menudo pueden ser culpables de descuidos como publicar videos sin títulos, campañas simbólicas protagonizadas por una modelo con discapacidad o campañas de gran presupuesto sobre la representación y el olvido total de las mujeres con discapacidad.
Pero hay un elemento de la campaña anual en particular que es igual de difícil de soportar: la tendencia a poner a las mujeres con discapacidad en un pedestal como el último símbolo de lo que significa ser una mujer fuerte.
El Día Internacional de la Mujer les dice a las mujeres que son resilientes y que no hay nada que no puedan lograr. Hasta ahora, muy motivador. Excepto que, cuando eres una mujer discapacitada, no tienes más remedio que luchar cada día tal como es. Somos resilientes porque no conocemos otra forma de ser. No importa cuánto queramos cambiar nuestras circunstancias, siempre parece haber otro obstáculo y otro guardián que nos dice que estamos equivocados sobre nuestros propios cuerpos y cómo vivimos nuestras vidas.