Publicado el 12/05/2021
Categoría: Cultura
ssc

Cualquier dolor, si se hace crónico y agota nuestra capacidad de adaptación, puede convertirse en un Síndrome de Sensibilización Central (SSC)”.

El sistema nervioso central queda, en mayor o menor medida, sensibilizado ante los estímulos que le llegan, tanto del exterior como desde el propio individuo.

¿Qué es el Síndrome de Sensibilización Central?

El dolor con sensibilización central, es aquél que se extiende y acaba afectando al individuo en su totalidad, física y emocional.

En este punto, la persona se puede volver irascible e intolerante a medicamentos, alimentos, estímulos químicos, lumínicos, sonoros, etc.

Es una situación de estrés generalizado, que puede llegar a interferir con las hormonas o con el sistema inmune, circunstancias que dificultan el éxito terapéutico.

Historia.

En 1989, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció y codificó la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, incluyéndolas en la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD).

Después aparecieron dos nuevos síndromes de sensibilización central: la sensibilidad química múltiple (SQM) y electrohipersensibilidad (EHS).

En España desde 2014 se clasificó la SQM en el CIE – 9 on la denominación 995.3 “alergia no específica”.

En cambio, la EHS no dispone por ahora ni de reconocimiento de la OMS, ni tampoco de otros estados.

¿Y después?

El SSC incluye enfermedades como la fibromialgia, la fatiga crónica, sensibilidad a los alimentos, las cefaleas tensionales, trastornos de ATM, síndrome de piernas inquietas, sensibilidad química múltiple, electrosensibilidad, entre otras.

El síndrome de Sensibilidad Central provoca una hiperrespuesta que se mantiene en el tiempo a pesar de la desaparición del estímulo y da lugar a una sintomatología compleja y variada, que se traduce en una o más de las enfermedades antes mencionadas.

Todo ello provoca una amplificación y generalización de dolor y una intensificación de otras sensaciones, así como un dolor persistente a pesar de haber retirado el estímulo, conocido como el fenómeno wind-up.

La complejidad de este síndrome, tan desconocido como incapacitante y que se estima podría afectar a entre un 10 y un 20 % de la población, lo cual es lo suficientemente significativo como para que las administraciones sanitarias empiecen a tener en cuenta estas patologías “emergentes y aún infradiagnosticadas” y han apelado para que se tenga en mente esta dolencia antes de enviar al psiquiatra a unos pacientes, que tardan 10 años, de media, en ser diagnosticados.

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