Publicado el 05/05/2023
Categoría: Salud

El 5 de mayo, se conmemora el Día Mundial de la Espondilitis Anquilosante, una enfermedad reumática que afecta principalmente a la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas, causando dolor crónico y rigidez en jóvenes.

La espondilitis anquilosante, también conocida como espondiloartritis axial, es una forma crónica de artritis. Afecta mayormente los huesos y las articulaciones en la base de la columna, donde esta se conecta con la pelvis. Estas articulaciones resultan inflamadas e hinchadas causando que con el tiempo, las vértebras afectadas se puedan unir. 

Los síntomas generalmente comienzan en la edad adulta temprana. La inflamación también puede producirse en otras partes del cuerpo, sobre todo en los ojos.

No existe cura para la espondilitis anquilosante, pero los tratamientos pueden disminuir los síntomas y posiblemente hacer más lenta la evolución de la enfermedad.

Síntomas.

Los primeros síntomas de la espondilitis anquilosante pueden incluir dolor de espalda y rigidez en la región lumbar y las caderas, en particular por la mañana y después de períodos de inactividad. El dolor en el cuello y el cansancio también son comunes. Con el tiempo, los síntomas pueden empeorar, mejorar o detenerse a intervalos irregulares.

Las áreas más comúnmente afectadas son las siguientes:

  • La articulación entre la base de la columna vertebral y la pelvis.
  • Las vértebras de la región lumbar.
  • Los lugares donde los tendones y ligamentos se unen a los huesos, principalmente en la columna vertebral, pero a veces a lo largo de la parte posterior del talón.
  • El cartílago entre el esternón y las costillas.
  • Las articulaciones de la cadera y los hombros.

«Aparece siempre en gente joven, por lo general menos de 45 años de edad. Quienes la padecen tienen un dolor insidioso y crónico que suele aparecer mientras duermen. Hacia la segunda mitad de la noche el paciente se despierta y necesita caminar para aliviar el dolor. El malestar mejora con el ejercicio y empeora con el reposo prolongado”

Dra. Gabriela Bortolotto, Reumatóloga.

Tratamiento.

A pesar de que no existe una cura para la espondilitis anquilosante, hay tratamientos que pueden mejorar la calidad de vida del paciente, previniendo el daño permanente y la discapacidad. El ejercicio físico, la postura adecuada y el peso son vitales para el manejo de la enfermedad, junto con los tratamientos farmacológicos como los antiinflamatorios, las drogas inmunosupresoras y las drogas biológicas.

La educación del paciente es esencial en el manejo de la enfermedad, ya que es necesario que él conozca los aspectos de la misma. Además, los primeros 10 años de la enfermedad son cruciales para prevenir el progreso y los daños importantes que puede causar.

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