Publicado el 03/05/2021
Categoría: Perfiles
Frida Kahlo

Es el año de 1953, y estoy dentro de la casona azul de Coyoacán, ciudad de México en la que nació la artista Frida Kahlo. A mi alrededor veo maravillado el contraste de corsés y muletas, con los asombrosos objetos que decoran su hogar que, como Carlos Pellicer dijo alguna vez, parece alojar un trozo de cielo.

De pronto se acercó una mujer de rostro amigable, a quien reconocí rápidamente por sus cejas unidas, su vestido colorido, las grandes piedras preciosas y las flores que coronaban su cabello.

Así, me dispuse a lanzar una primera pregunta a esta artista que fue inspirada por el amor, la sensualidad y el dolor…

Frida, por favor cuéntanos tu historia…

… Muchacho, es una historia muy larga que tal vez no desees conocer. Desde niña tuve problemas en mi pierna derecha como consecuencia de la poliomielitis que contraje y para acabarla de amolar, años después, cuando regresaba de la escuela, el camión en el que iba chocó y me quebré la columna vertebral, algunas costillas, el cuello la pelvis, se me dislocó el pie derecho y un fierro me atravesó el vientre.

Es increíble que este accidente haya provocado mi inicio como pintora, pues en mi larga convalecencia, mi mamá puso un espejo en el techo, y así pude empezar a retratarme. Como te cuento, me han tenido que operar 32 veces por ese maldito camión, pero fueron más grandes mis ganas de vivir y las ganas de transmitir mi historia por medio del arte. Recientemente me tuvieron que cortar un pie, pero como yo siempre digo: pies pa´ que los quiero, si tengo alas para volar.

¿No te ha sido doloroso lidiar con tantos problemas?…

… ¿Cómo crees que no? En verdad he sufrido, la vida me ha puesto varios obstáculos, pero el punto es saltarlos con una sonrisa en la boca. Yo me he superado pintando mi historia, decorando mi casa, leyendo y conociendo gente, ¿cómo ves que hasta aparecí en la portada de una revista?

A veces la gente relaciona mi obra con el sufrimiento, pero esta es la forma de sacarme los demonios que llevo dentro. También hablo del amor, de la sensualidad, de México y sus colores, de la naturaleza y de muchas cosas bellas que nos rodean.

Con una sonrisa, Frida se despidió de mí.

Ella pudo morir en 1954, pero es una mujer que representa a nuestro país en todo el mundo gracias al contenido de su obra y el colorido de su personalidad, que nos muestra a una mujer de ideologías fuertes, mente abierta y corazón que revela toda una época en la historia de nuestro país.

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