No Shave November o Movember es una iniciativa anual que surgió en el 2003 en Australia. Su objetivo es crear conciencia sobre temas de salud masculina como el cáncer de próstata, cáncer de testículos, la depresión, el suicidio de varones y la inactividad física.
Su lema es “Cambiemos la cara a la salud del hombre”.
En la primera edición participaron cerca de 50 personas, quienes orgullosamente dejaron atrás el rastrillo durante todo el mes y donaron el dinero que típicamente gastaban en productos para afeitar a la lucha contra el cáncer masculino; actualmente millones de hombres (y recientemente mujeres) alrededor del mundo se han unido a la causa, dejando crecer sus barbas y bigotes en señal de fraternidad hacia quienes atraviesan por estos problemas de salud.
Desde entonces Movember ha financiado más de mil 250 proyectos de salud masculina alrededor del mundo, apoyando la investigación científica y psicológica y transformando la forma en que los servicios de salud llegan y apoyan a los hombres. Pero, ¿por qué dejarse crecer el bigote y la barba?
En el sitio oficial de este movimiento se menciona al bigote como un “accesorio poderoso para el labio superior, el cual requiere atención, demanda una dosis doble y lleva a tener conversaciones que salvan vidas”. Es por ello que se invita a todos los interesados a participar en el Movember a afeitarse el primer día de noviembre y después seguir las “reglas sagradas del crecimiento” del mostacho pero, sobre todo, mantenerlo limpio.
La página de internet del Movember también es el lugar en que los participantes podrán registrarse, dar a conocer al mundo su bigote y realizar donaciones. De igual forma se ofrecen alternativas que no involucran el vello facial, como correr o caminar 60 kilómetros durante el mes, en solidaridad a los 60 hombres que se suicidan cada hora en todo el mundo.
El movimiento no sólo está pensado para hombres, sino también para las mujeres que se depilan o rasuran. El punto de dejar que el vello corporal y facial crezca es sentir lo importante que éste es, ya que la mayoría de los pacientes que se encuentran en la lucha contra el cáncer pierden su cabello, barba, cejas, vellos de los brazos, piernas, etcétera, lo que se deriva en un cambio completo a su apariencia que a la vez es sumamente impactante para su autoestima.