En los tiempos de hoy, el tema de la inclusión se ha vuelto algo reelevante para el día a día en cuanto a dar apoyo a las minorías, aunque a veces algunas de sus estrategias puedan llegar a ser cuestionables.
El Halloween es para muchos una fecha de mucho entretenimiento, en el que salen a las calles y se divierten pidiendo dulces tanto niños como grandes, quienes acompañan a los pequeños a vivir esta experiencia de la noche de brujas con sus mejores disfraces.
Pero, algunos niños suelen salir con una calabaza muy especial, pues no es del color que se conoce normalmente, sino azul, ya que este tiene un significado: simboliza el autismo.
Sin embargo, en octubre de 2019 una usuario tuvo una idea bastante particular en donde intentó promover el uso de canastas de calabazas de color azul para los niños que tienen diagnosticado autismo e influya en su expresión verbal para cuando salgan a pedir su «calaverita».
«Mi hijo tiene 3 años y tiene autismo. El no es verbal. El año pasado, las casas esperaban a que él dijera ‘truco o trato’ para obtener dulces y tenía que ir explicando su situación de casa en casa. Este año intentemos con la calabaza azul para indicar que tiene autismo. Permita que él (o cualquier persona con un calabaza azul) disfrute este día y no se preocupe. He hecho pública esta publicación con la esperanza de que compartas y recibas el mensaje de la calabaza azul para conocer y aceptar el autismo este Halloween«.
Omairis Taylor explicando el motivo por el cual propone usar calabazas azules.
Esta estrategia propone que por medio de estas calabazas los niños que tienen autismo y no puedan expresarse de forma verbal, puedan recibir dulces sin necesidad de forzarlos a pedir por «Dulce o truco», además de que con esto puedan tener un poco más de paciencia, siendo algo ideal para incluirlos dentro de una actividad infantil y al mismo tiempo darle atención dentro de las necesidades que ellos ocupan.
Estas calabazas suelen venderlas en tiendas por temporada o el su defecto se pueden utilizar canastos de calabaza regulares y pintarlos de azul, dando la opción de personalizarlos al gusto de cada niño.
Los niños que tienen esta condición salen a pedir dulces con una calabaza azul para indicar que tienen una necesidad especial, pero no todas las personas saben de esta iniciativa.
En su mayoría, los niños autistas suelen ser no verbales, lo que les dificulta poder expresarse adecuadamente, haciendo un poco más complicado pedir dulces. Para incluirlos en esta tradición y que también se diviertan, muchos padres llevan a sus hijos autistas con estas calabazas azules, también las colocan afuera de las casas para indicar a quienes llegan que ahí se dan golosinas libres de alérgenos o que hay personas con autismo u otras condiciones viviendo ahí.