Evolutivamente, la raza humana tiene una característica distintiva de las demás especies y se trata de la adquisición de la posición bípeda (soporte sobre ambas extremidades inferiores). Esta cualidad la hemos obtenido a través de miles de años y la totalidad de nuestros sistemas corporales (gastrointestinal, musculoesquelético, etc.) ha “aprendido” a trabajar bajo las circunstancias físicas que la posición le exige.

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Dentro de algunos padecimientos que generan discapacidad, existe un gran número de ellos que le impiden a la persona adquirir la posición bípeda, estas enfermedades provocan que la movilidad del individuo no sea lo suficientemente efectiva para mantener un control postural adecuado, algunas veces lo limitan del todo. La palabra stander se emplea para nombrar a aquellos dispositivos que empleamos en terapia física para mantener a la persona “de pie” de un modo seguro. En nuestro castellano no existe una definición específica, sin embargo, muchos profesionales se refieren a ellos como “estabilizadores” y a algunos otros prototipos como “mesa inclinable”.

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¿Por qué emplear los Standers”?

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A las personas con grave afección motriz, les es imposible mantener la posición bípeda de manera independiente. El hecho de mantenerse erguido es de vital importancia en la prevención de complicaciones no solo posturales sino gastrointestinales, circulatorias, cutáneas, etc.

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• En la piel y tejidos blandos profundos, se evita el desarrollo de úlceras, cuyo origen se debe a la presión ejercida en los tejidos sometidos a una carga de peso continua. Mediante el empleo de Standers se alivia el peso de manera transitoria, dándole oportunidad a las zonas de presión de obtener un adecuado aporte sanguíneo y evitar ser lesionados.

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• En el sistema musculoesquelético, evitamos la aparición de deformidades que muchas veces –si no es que la mayoría- son de difícil control. Tales deformidades resultan en contracturas (acortamientos) musculares y en procesos degenerativos de las articulaciones. Las contracturas más frecuentemente encontradas ocurren en los miembros inferiores y en la columna vertebral. Dichas complicaciones pueden evitarse con el uso del Stander de manera regular.

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• En otros sistemas, el Stander puede mejorar el tránsito intestinal y el aporte vascular hacia todos los tejidos del cuerpo. También está demostrado que las personas con movilidad limitada son más propensas a la osteoporosis debido a que sus huesos no están sometidos a cargas de peso constante, debiendo suponer que con el estabilizador podemos aminorar tal efecto al menos de manera parcial.

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La estructura del Stander.

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El mercado cuenta con muchos tipos de Standers y su elección obedece a las necesidades de cada persona. Existen, de manera general, dos tipos, uno es llamado prono y el otro supino; estos dos tipos únicamente se refieren a si la superficie de la estructura va a estar en contacto con la parte posterior del cuerpo o con la parte delantera o anterior. Básicamente, el Stander debe de incluir la estructura y aditamentos necesarios para mantener de pie a una persona de manera segura y eficiente. Para personas con deficiencias motrices graves, a veces basta con una superficie inclinable con bandas de sujeción que impidan la caída del individuo. Existen ocasiones que la limitación motriz es únicamente de los miembros inferiores y la persona tiene un control del tronco y del cuello lo suficientemente adecuado para su auto estabilización en la posición bípeda; en estos casos la prioridad es mantener la bipedestación asegurando la estabilidad desde la cintura hasta los pies. De acuerdo a lo anterior algunas sillas de ruedas ya cuentan con la cualidad de “volverse” Standers. Existe otro grupo de personas que tienen deficiencia motriz en miembros inferiores, tronco y cuello además de en los miembros superiores; en estos casos, el Stander debe mantener erguido al sujeto y estable desde la cintura escapular (a nivel de los hombros) hasta los pies, en algunas ocasiones, mediante bandas de sujeción ajustables.

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El Stander también debe incluir una superficie sobre la cual descansen los pies, esta plataforma, evidentemente va colocada en la parte inferior de la estructura y debe mantener –de manera óptima- los pies en un ángulo neutro, es decir, de 90°. Los medios de sujeción pueden ser bandas con terminación en velcro o correas ajustables. Generalmente van colocadas a nivel de los tobillos, las rodillas, de la cintura, de la espalda y en algunos casos a nivel de los hombros. Otros accesorios que puede incluir el producto es una mesa ocupacional ajustable, útil para aquellas personas con buen control de los miembros superiores y les permite realizar actividades sobre ella como comer, escribir o manipular objetos con fines profesionales o recreativos.

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El uso del Stander.

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El empleo del Stander debe de ser indicado por un médico. Su uso no está indicado en todas las personas. Debe de existir una valoración previa y su elección también debe de estar aconsejada por el médico, el fisioterapeuta y el terapeuta ocupacional; su elección depende de los objetivos del tratamiento, del pronóstico funcional de la persona y de las condiciones físicas que prevalezcan en ese momento.

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El Stander puede ser empleado tanto en personas con discapacidad temporal o permanente, por ello muchas veces no es necesario adquirir uno a compra. Por otro lado la alineación postural en bipedestación no debe ser brusca, se requiere hacerlo de forma gradual para que los sistemas corporales se vayan adaptando poco a poco, sobre todo el sistema cardiovascular; existen casos que por el uso inapropiado de los Standers se originan complicaciones que pueden poner en riesgo la vida del paciente. Se debe tener en cuenta que ninguna parte de la estructura o los medios de sujeción produzcan puntos de presión en la piel del paciente, de ser así, es recomendable suspender su uso y hacer los ajustes necesarios. Para que realmente tenga efectos benéficos, el Stander tiene que utilizarse de manera continua y sin interrupciones, de manera gradual y a tolerancia del propio individuo.