¡Todos al mar, que la vida es más hermosa! Olvídate de quedarte viendo el mar desde la ventana de la habitación.
Hoy en día las personas con discapacidad, las personas de la tercera edad y otras con necesidades especiales en cuanto a movilidad contamos con la silla de ruedas para acceder e ingresar al mar de manera práctica y segura. El no contar con los equipos de turismo disponibles para la mayoría de las personas y sus familias hace que estas personas no viajen a lugares donde hay playas hermosas, ya que el solo llegar a la zona de arena es muy difícil o imposible. Y de entrar al mar, ni pensarlo. Hay programas y lugares donde se puede contar no solo con la silla de ruedas flotante, sino también para traslados en la arena y otras superficies. Aunque se requiere de una persona para moverla, no se necesita de mucha fuerza, ya que la silla es muy fácil de trasladar en la arena. Además, es una silla de ruedas flotante de alta calidad, que ofrece una transición imperceptible entre el trayecto sobre la arena, o sobre plataformas de madera, y el agua.
La ventaja principal de la silla de ruedas flotante es que es de materiales ligeros y está pensada para cualquier tamaño de usuario. Esto la hace universal en su capacidad y función. Sus partes plásticas y de aluminio la hacen segura al momento de los traslados; por ejemplo, desde la silla de ruedas tradicional; y cuando está en el agua, permite que el usuario esté totalmente relajado y seguro.
Ahora podemos visitar playas accesibles que cuenten con estos equipos. Y si no los tienen, podemos charlar con los administradores de las instalaciones para intentar convencerlos de que los adquieran. Muchos no los conocen, pero estos equipos no son solo para personas con discapacidad, sino que pueden ser parte del servicio para el público general. Esto, realmente, es accesibilidad universal.