Resonancia, ecografía, mamografía… Cuál es la prueba más fiable… depende del tipo de mama. Cuando son densas, la mamografía se complementa con una ecografía que no radia, no duele y es muy accesible pero no puede sustituir a la mamografía porque no se pueden ver las microcalcificaciones que se ven en la mamografía.
La resonancia mamaria es la técnica más sensible y no radia al paciente, pero es costosa, por eso se reserva para pacientes de alto riesgo; también es la prueba de elección para valorar la respuesta a quimioterapia antes de la cirugía en mujeres con cáncer.
Si el cáncer de mama es hoy uno de los tumores con mejor pronóstico lo es también gracias a las mamografías y a las campañas de detección precoz. Desde las primeras mamografías, las pruebas de detección precoz han evolucionado. Ahora son más sensibles y liberan menos radiación, y sobre todo, cuenta con otras pruebas complementarias que permiten afinar el diagnóstico. Esto es lo que hay que saber sobre ellas y cómo mejorar la detección precoz:
Existen cuatro tipos diferentes de mama, según su densidad. Es nuestro DNI mamario y la mayoría de las mujeres desconocen este dato a pesar de que puede determinar su riesgo . La densidad tiene que ver con la proporción de grasa y tejido mamario. Cuando una paciente es joven o tiene una mama muy densa hay más posibilidades de que los nódulos no se vean en la imagen de la mamografía, en cambio cuando te realizas una tomosíntesis o mamografía en 3D mejora la capacidad diagnóstica de la mamografía convencional, aunque tampoco ha demostrado tener impacto en la supervivencia, la tomosíntesis sí reduce los falsos negativos.
Las campañas de la mayoría de las comunidades autónomas establecen los programas entre los 50 y los 70 años, pero algunas sociedades científicas aconsejan empezar con mamografías anuales a los 40 años. En cuanto a resultados de supervivencia es un debate científico que aún no tiene respuesta. Lo cierto es que hemos observado un aumento de la incidencia del cáncer en mujeres jóvenes entre 40 y 50 años que antes casi no existía. Además el tipo de cáncer a esta edad suele ser más agresivo, con mayor crecimiento en menor tiempo.
Tratar antes de que malignice. La radiología asiste a un cambio de paradigma. Con la tecnología actual se pueden detectar lesiones premalignas, algunas nunca darán problemas pero otras pueden evolucionar a un cáncer más agresivo que ponga en peligro la vida de estas mujeres. Los radiólogos podemos extirparlas lesiones de forma percutánea y sin cirugía.