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Publicado el 20/12/2017
Categoría: Salud

Los pequeños con discapacidad motora muchas veces no logran caminar por si mismos y llegan a ser usuarios de sillas de ruedas, lo que puede ser un verdadero problema en países que no son “amigables con las ruedas “ y que presentan barreras arquitectónicas como lo son muchos de los países en Latinoamérica. En múltiples ocasiones, gracias a la intervención temprana y la rehabilitación , los pequeños con discapacidad logran dar sus primeros pasos, muchas veces con extrema dificultad, al lado de un rehabilitador que está constantemente a su lado dando instrucciones y ayudando a mantener la seguridad e integración del usuario, comenzando a dar los primeros pasos en espacios controlados, dentro de un centro o clínica de rehabilitación que seguramente tendrá un piso nivelado y no presentará obstáculo alguno, pero la vida diaria involucra independencia en lugares públicos que muchas veces no presentan las mejores condiciones para poder desplazarse.

 

 

 

 

El uso de andadores permite que los pacientes que comienzan este viaje hacia la marcha logren sentirse más seguros y motivados a practicar, no solo dentro de la clínica, sino en casa, en la escuela y en general en la comunidad. La marcha o el caminar, como lo llamamos comúnmente, es una tarea bastante difícil, el hecho de tener que vencer la gravedad involucra retroalimentación a nivel músculo- esquelético y si pensamos en pacientes con el tono muscular alterado, poniendo como ejemplo común a la parálisis cerebral, podemos deducir que la ayuda será aún mayor.

 

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