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Publicado el 27/09/2017
Categoría: Salud

 

Tratamiento y Rehabilitación

La rehabilitación en aquellas personas que presentan el síndrome postpolio representa todo un reto para el equipo de salud y requiere de múltiples disciplinas médicas y de apoyo para que el manejo sea integral y los resultados sean más satisfactorios no solo en el aspecto orgánico y sintomático sino también en términos de la integración e inclusión social de las personas afectadas.

A nivel mundial aún no se ha establecido un tratamiento estándar o modelo para quienes presentan el síndrome, y no fue hasta el año 2009 que se empezaron a evaluar todas las técnicas publicadas que han resultado ser –aparentemente- efectivas en el manejo de los síntomas que se producen.

 

La fisioterapia

La actividad física es la base del tratamiento en las personas con síndrome postpolio. Se ha demostrado la disminución de la intensidad de los síntomas y un mejor funcionamiento social en aquellos(as) que han recibido un entrenamiento personalizado consistente en realizar de manera regular un programa de ejercicio.

 

La planeación de la valoración minuciosa de un profesional de la rehabilitación (médico especialista en Medicina de Rehabilitación) es necesaria debido a que la debilidad y atrofia muscular suele ser asimétrica y diferente en cada persona con el síndrome.

El realizar un programa general e inespecífico de fortalecimiento puede empeorar la situación ya que la carga del trabajo a músculos hacen que éstos se deterioren y fatiguen (síndrome de sobreuso) o bien pueden dejarse sin trabajar músculos que deben de fortalecerse, condicionando una mayor atrofia y debilidad (síndrome de desuso).

 

Para evitar la fatiga por sobreuso, es importante no exceder la demanda metabólica de los músculos durante el ejercicio y se debe enseñar a la persona ciertas técnicas de reducción de energía para evitar que durante sus actividades cotidianas se expongan sus músculos a un trabajo excesivo y por lo tanto a la fatiga, esto incluye además un programa de reducción de peso; al respecto, más que añadir resistencia en un programa de fortalecimiento, ahora se sabe que el tipo de fortalecimiento que más beneficia a las personas con síndrome postpolio es aquel encaminado a aumentar la resistencia y el rendimiento muscular.

 

La anterior regla se aplica sólo en quienes aún tienen fuerza muscular, sin embargo, en las personas que presentan un grado severo de parálisis no se recomienda realizar ejercicios de resistencia –per se es imposible- pero sí puede llevarse a cabo entrenamiento aeróbico para alcanzar un adecuado acondicionamiento cardiovascular según lo marca el European Neuromuscular Center Workshop desde 1994. En este documento también se recomienda ampliamente la hidroterapia en tanque terapéutico aprovechando al máximo las propiedades mecánicas y térmicas del agua para reducir los síntomas dolorosos, así como para mejorar la fuerza muscular. Para cualquier tipo de terapia es importante no someter a la persona a una fatiga o cansancio excesivo.

 

Dentro del tratamiento de terapia física también se incluyen las movilizaciones activas o pasivas, así como los estiramientos musculares para evitar que se deterioren las articulaciones y mantener con la máxima longitud posible aquellos músculos afectados por la postura anormal resultante o por la afección muscular en sí. La electroterapia no ha resultado ser un tratamiento recomendado para aumentar la fuerza muscular de las personas con síndrome postpolio.

 

El dolor

Como mencioné en el número anterior de Revista accesos, el dolor suele ser el resultado del sobreuso muscular y es mucho más frecuente en las extremidades inferiores que en las superiores. El dolor suele originarse en las fibras sensoriales inmersas entre las fibras musculares, es común que aparezca en la tarde o noche y que se acompañe de fasciculaciones o calambres. La mejor manera de evitar y tratar el dolor es evitar someterlo a grandes esfuerzos, también aquí deben enseñarse técnicas de ahorro de energía y realizar las actividades diarias de la persona de manera pausada o bien emplear ayudas técnicas que faciliten el trabajo, mismas que también son benéficas para el manejo del dolor cuando éste es de origen articular. Cuando es necesario o el dolor es totalmente discapacitante, es recomendable incluso el uso de una silla de ruedas o un scooter.

 

Órtesis y ayudas para la movilidad

Las órtesis en el tratamiento del síndrome postpolio, aunque han sido empleadas desde hace mucho tiempo, han cobrado gran relevancia en los últimos años. En el presente caso, las órtesis tienen la función principal de evitar movimientos poco deseados a nivel musculoesquelético y reducir el peso corporal sobre las extremidades inferiores durante la marcha o la bipedestación. Otros efectos menos mencionados -pero muy importantes- de las órtesis es que disminuyen el esfuerzo y el consumo de Oxígeno durante la marcha o la realización de ciertas actividades. La indicación ortésica dependerá de las necesidades de la persona y deberá de ser indicada siempre por un médico con experiencia en su manejo.

 

Las órtesis y ayudas más frecuentemente indicadas son:

  1. Aumentos de tacón o insertos de talón, cuando hay discrepancia en la longitud de los miembros inferiores.
  2. Muletas, para reducir la carga del peso corporal a los miembros pélvicos disminuyendo la fatiga, el dolor y la estabilidad durante la marcha.
  3. Plantillas (diversas), para intentar mejorar la postura del pie y evitar la sobrecarga excesiva de peso sobre ciertas articulaciones.

Otras ayudas: Órtesis tobillo-pie, rodilla-tobillo-pie, silla de ruedas, scooter, etc.

 

Terapia respiratoria

El dolor y la debilidad también pueden afectar directamente a los músculos respiratorios, por lo que la persona deberá realizar ejercicios que aumenten la fuerza principalmente de los músculos inspiratorios mediante técnicas especiales. Han existido casos extremos en los que es necesario el empleo de ventiladores ambulatorios.

 

Cirugía

La cirugía en el síndrome postpolio también tiene lugar y generalmente se requiere para corregir deformidades articulares, aumentar la longitud de músculos cortos o de alguna extremidad que se encuentre sumamente acortada. También se ha empleado en los casos en que las deformidades articulares terminan afectando la columna vertebral y el canal medular se encuentra afectado. Cabe mencionar que las personas con el síndrome son generalmente más sensibles a los efectos de la anestesia por lo que la decisión quirúrgica no debe de tomarse a la ligera.

 

Factores psicosociales

Las personas con síndrome postpolio generalmente presentan una mayor condición de discapacidad que aquellas personas con secuelas de poliomielitis que no presentan el síndrome. Aunado a ello, existe una mayor incidencia de depresión que quizá se encuentre relacionada con el dolor, la fatiga la autoimagen y la calidad de vida. Para un mejor desarrollo psicosocial, es necesario que las personas afectadas reciban atención psicológica individual, grupal y/o familiar, una evaluación social por parte de la trabajadora social y manejo farmacológico de índole psiquiátrico en caso necesario. Los grupos de autoayuda y el apoyo de organizaciones no gubernamentales nunca debe descartarse ya que pueden incidir de manera positiva en la inclusión laboral, social, cultural y educativa de quienes se encuentran afectados por este síndrome que existe pero que es poco conocido entre la comunidad médica.

 

Nota: El manejo farmacológico del síndrome postpolio se omitió en el presente artículo para evitar la automedicación. Para más información al respecto, solicite información específica a su médico tratante.

 

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