La suma de todo el alimento en buen estado que se tira a la basura en América del Norte, podría alimentar en su totalidad, durante un año entero, a la población completa de varios países en África, como Niger, Mali, Burkina Faso, Yemen, Etiopía, Kenia, Somalia y Sudán del Sur, entre otros.
La frase “Tanta gente muriendo de hambre, y tú desperdiciando la comida” cada vez se oye menos en nuestra sociedad. En cambio, otras como “Ya no quiero”, “Me serví mucho”, “Se me quitó el hambre” lamentablemente son cada vez más comunes.
Al desperdicio de alimento se une la enorme cantidad de agua y energía que se pierde anualmente. Solamente de agua, se desperdician al menos 18 mil millones de metros cúbicos, una cantidad equivalente a 7 millones de albercas olímpicas. En electricidad, la pérdida anual de alimentos en América del Norte, se equipara al consumo que tendrían 274 millones de hogares en ese mismo lapso.
La situación del desperdicio de alimentos en el mundo es tan grave, que organizaciones intergubernamentales como la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), han hecho un llamado a la acción ciudadana para detener esta realidad tan lamentable, particularmente en América del Norte. Por ello han propuesto diversas acciones, entre las que figura un kit educativo denominado “Los Alimentos Importan”, dirigido a sensibilizar a niños y jóvenes para reducir el despilfarro de alimentos.
Gabriela Sánchez, Líder de Proyecto de la CCA quien tiene a su cargo este importante proyecto relacionado con la reducción de los desperdicios de alimentos, destaca que al informar, formar y sensibilizar a niños y jóvenes a través de datos reales, números y tareas sencillas, se promueven acciones para revertir los estragos y modificar conductas vinculadas al desperdicio de comida, una lamentable acción con profundos efectos sobre el planeta.
Pérdida de alimentos = Aumento del calentamiento global.
La comida desperdiciada no solo termina en los rellenos sanitarios, y muchas veces, en lugares a cielo abierto. También contribuye a la producción de metano, el segundo gas de efecto invernadero(GEI) más importante después del Dióxido de Carbono, y que acelera el calentamiento global,base del cambio climático.
El desperdicio de alimentos es tal, que se vincula a la producción de alrededor de 193 millones de toneladas de GEI, equivalentes a tener 41 millones de autos funcionando de manera continua un año.
México: 20 millones de toneladas se van a la basura.
Cifras del Banco Mundial alertan sobre la enorme pérdida de alimentos en México, estimada en alrededor de 20 millones de toneladas, situación que se podría agravar con sistemas deficientes de distribución y conservación.
Según algunos analistas, evitar esta pérdida podría servir para alimentar a 7.3 millones de mexicanos.
Compromiso ciudadano.
Para Mariana Tejado, socia de la consultora Green Business Partners, “Nuestro país requiere de mexicanos comprometidos con la protección ambiental que busquen además un impacto social positivo”. Por ello, “la reducción de los desperdicios de alimentos es una oportunidad para unir esfuerzos, cambiar nuestros hábitos y pugnar por un verdadero desarrollo sostenible”.
Diego Díaz Martín, académico del Tecnológido de Monterrey y Director General de la ONG internacional VITALIS, asegura que “el rol de la juventud en el cese del despilfarro de alimentos es clave”. El investigador recuerda las cifras de la UNICEF que aseguran que diariamente alrededor de 6 mil cuatrocientos niños mueren de hambre en el mundo, “situación que podría cesar al asumir un comportamiento más responsable en la producción, distribución y consumo de alimentosen el planeta”.
La campaña de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) en México busca sensibilizar e informar en una primera etapa a niños de diversas escuelas de Cuajimalpa y Huixquilucan, además de jóvenes universitarios de la Ciudad de México. El propósito principal, reducir el desperdicio de alimentos en la República Mexicana, contribuyendo asimismo con la conservación del planeta.