Como profesionales en rehabilitación compleja, cada paciente representa un reto. Cuando nos informan que tenemos un cliente que desea una silla de ruedas, vamos directamente a conocer al usuario, ya que tenemos que conocer su condición; si ya tiene una silla, debemos verla y determinar el uso que el paciente le dará. Posteriormente, tomamos las medidas anatómicas necesarias para después traducirlas a las dimensiones de la silla. Esto es lo que hace que la silla sea hecha a la medida o customizada. Además de estas mediciones, también hacemos muchas preguntas, como el terreno que debe transitar todos los días, cuánto tiempo utiliza la silla por día, etc. Por otra parte, vamos haciendo sugerencias de lo que, como profesionales, sabemos acerca de lo que el paciente necesita para poder estar sentado de forma adecuada para mejorar su calidad de vida.
Existe un tercer factor muy importante, y es lo que el cliente desea. Nos podemos enfrentar con usuarios que han tenido sus sillas por muchos años, por lo cual conocen mucho de este mercado y están actualizándose constantemente, por lo cual van a exigir adicionar algunas cosas o eliminar otras.
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