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Publicado el 28/02/2017
Categoría: Estilo de Vida
mascotas para personas con discapacidad

El Centro de Investigación para la Interacción Humano-Animal (ReCHAI por sus siglas en inglés) de la Universidad de Missouri está recaudando fondos para estudiar los beneficios potenciales de los gatos para niños con autismo. Dado a que los gatos son tranquilos y suaves, los investigadores creen que podrían ser excelentes compañeros para los niños en el espectro de autismo.

 

Investigaciones previas sugieren que la presencia de ciertos animales, incluyendo perros, cerdos, conejillo de indias e incluso tarántulas, puede ayudar a los niños autistas de muchas formas diferentes. Las mascotas ofrecen alivio del estrés y compañerismo. También ayudan a los niños a tener sentido de la responsabilidad y mejorar sus habilidades sociales.

 

El programa ReCHAI de la MU se llama Feline Friends y el objetivo es recaudar $29 000, lo que le permitiría a los investigadores visitar refugios de animales e identificar gatos calmados y amigables que serían buenos candidatos como mascotas de niños autistas. El dinero también ayudaría a las familias que participen en el estudio a pagar los suministros para el gato como su alimento, la caja de arena, la arena, jaulas y los juguetes.

 

Las familias adoptaran a los gatos y los investigadores evaluarán el impacto de esta mascota en los niños y sus padres. El objetivo general del proyecto es darles a las familias con niños autistas información respaldada por la ciencia para poder elegir una mascota.

 

Evaluación del Temperamento de los Gatos

 

Dado a que los gatos tienen personalidades y comportamientos sumamente individuales, los investigadores del proyecto ReCHAI evaluarán el temperamento de cada gato antes de incorporarlos al estudio.

 

Una de las herramientas que planean utilizar se conoce como la Encuesta de Temperamento para Gatos Domésticos, que fue desarrollada por un profesor en la Universidad de California en Davis. La encuesta mide el comportamiento del gato en áreas como juego, vocalización y hostilidad hacia las personas y otros gatos.1

 

La edad de los posibles gatos también será considerada, dado a que los investigadores creen que los gatos de entre 9 meses y 3 años de edad serían los más adecuados para el estudio. A los 9 meses aproximadamente, el temperamento de un gato adulto se vuelve evidente, los gatos menores a 3 años de edad tienden a ser más juguetones y tienen una mayor aceptación de entornos nuevos.

 

Un Perro No Siempre es la Mejor Opción Para un Niño con Autismo

 

La investigadora de la MU que encabeza el proyecto Feline Friends es Gretchen Carlisle, una becaria post-doctoral en ReCHAI. Hace no mucho tiempo, Carlisle realizó un estudio pequeño sobre los perros en familias con niños autistas.2

 

Para el estudio, Carlisle entrevistó a 70 padres de niños con autismo que estaban siendo tratados en el Centro Thompson para Autismo y Trastornos del Neurodesarrollo en la MU. De los 70, aproximadamente dos tercios tenían perros.

 

De los dueños de perros, la gran mayoría (94 %) creía que sus hijos autistas tenían un vínculo con su mascota y muchos reportaron haber elegido conscientemente a un perro como compañero de su hijo con autismo. Incluso los padres sin perros dijeron que a sus hijos autistas les gustaban los perros.

“Los niños con trastornos del espectro autista muchas veces tienen problemas para interactuar con otras personas, lo que puede dificultarles establecer amistades”, dice Carlisle. “Los niños con autismo podrían beneficiarse de la interacción con perros, que puede darles amor incondicional y sin juicios, así como compañía a los niños”.

 

Sin embargo, ella siente que un perro no siempre es el mejor animal para ser mascota de un niño con autismo. Por ejemplo, algunos de estos niños tienen una sensibilidad sensorial al ruido. Si un perro de repente comienza a ladrar, puede ser molesto para estos niños.

 

De acuerdo con Carlisle, los perros también pueden ser más “encimosos” y por lo general son mucho más grandes, por lo tanto son más intimidantes que los gatos.4

 

Los Gatos en Familias de Niños con Autismo Podrían No Estar Siendo Aprovechados

 

Carlisle cree que debe pensarlo varias veces antes de tomar la decisión de llevar una mascota a un hogar con un niño autista. “Es muy importante que los niños con autismo se sientan cómodos” dijo ella. “Queremos que los beneficios superen las cargas”.

 

Curiosamente, en su estudio de familias con niños autistas, Carlisle no encontró una prueba estadísticamente significativa de que la presencia de un perro como mascota mejorara las habilidades sociales del niño. Sin embargo, en las familias con cualquier tipo de mascota, incluyendo los gatos, la mejora en la interacción social del niño demostró ser estadísticamente significativa.

 

Dado a que hay varios millones más de gatos domésticos en los Estados Unidos que perros, Carlisle se pregunta si los compañeros felinos podrían hacer la diferencia en las familias con niños autistas. Esa es la pregunta que espera responder con el proyecto Feline Friends.

 

De acuerdo con Carlisle, las familias con niños autistas se enfrentan a desafíos significativos y a un tremendo estrés que las hace recurrir a “muchas otras cosas que podrían ser o no ciertas y útiles”. “Queremos ofrecerles evidencia científica para ayudarlos a tomar una mejor decisión” dice ella.

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