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Publicado el 07/09/2015
Categoría: Cultura
Checoslovaquia

Al igual que Beethoven, B. Smetana siguió componiendo grandes obras aun siendo completamente sordo, imponiéndose ante uno de los peores miedos de cualquier músico.

 

Aunque Antonin Dvorak es el músico checo más famoso, Bedřich Smetana es llamado el “padre de la música checa” sobre todo por sus aportaciones musicales en el rubro nacionalista y -por supuesto- por el gran virtuosismo que contaba.

 

Smetana nació un 2 de marzo de 1824 en un poblado llamado Litomyšl situado al este de Praga (República Checa) mostrando desde niño tener talento para el piano; dio su primer recital a la edad de 6 años; sin embargo, no inició sus estudios musicales formales hasta la adolescencia. Aunque siempre se refirieron a Smetana como un hombre tranquilo, conciliador y amable, su vida no fue fácil, tuvo dos esposas, la primera murió, al igual que tres de sus hijos. Bedřich Smetana fundó la escuela nacional de composición en su país y fue una figura muy respetada por los músicos de su época. A lo largo de su vida compuso nueve óperas, 14 coros, tres ciclos sinfónicos y una gran cantidad de obras para piano. Su composición más famosa es Ma Vlast (Mi Patria), misma que es ampliamente interpretada en todos los rincones del mundo hoy en día. Hacia el año de 1874, Smetana quedó completamente sordo, lo que le hizo perder su puesto como director y conductor de orquesta, sin embargo, supo emplear su gran poder imaginativo para seguir componiendo hasta el fin de sus días.

 

Está documentado que en abril del año 1874, Smetana tuvo una erupción cutánea purulenta (con pus) en alguna parte de su cuerpo -no definida- así como diversas alteraciones cutáneas; posteriormente inició con alucinaciones auditivas, acúfenos (zumbidos), vértigo y pérdida progresiva de la audición hasta que en el mes de octubre de ese mismo año perdió toda capacidad auditiva. Smetana, al igual que Ludwig van Beethoven continuó componiendo obras de gran calidad, recibiendo incluso un premio en 1882 por su octava y última ópera El Muro del Diablo.

 

Desde 1881 a la edad de 54 años, Smetana empezó a tener algunas alteraciones mentales; tenía dificultad para hablar de un modo coherente y alteraciones de la memoria; y en 1884 -diez años desde la aparición de su sordera- él mismo describió el inicio de alucinaciones auditivas y visuales.

 

 

Ese mismo año dejó de reconocer a sus familiares y amigos, constantemente y presentaba ataques de ira lo que obligó a su familia a internarlo en un hospital psiquiátrico en Praga. Los expedientes clínicos de ese hospital reportaron que Smetana presentaba además parálisis facial izquierda y un grado importante de desnutrición. Murió un mes después de su internamiento un 12 de mayo de 1884.

 

 

Una autopsia realizada al músico reveló que la causa de su padecimiento neurológico fue debido a una infección antigua por Sífilis misma que llega a afectar de manera importante el sistema nervioso cuando se mantiene por muchos años y que fue la causa de la sordera y del resto de los terribles síntomas a los que Bedřich Smetana hizo frente pero que al mismo tiempo no impidieron que dejara un gran legado a la humanidad.

 

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