La soledad es una de las experiencias más duras por las que puede pasar una persona, y que afecta a su bienestar general, tanto físico como mental y emocional, pero no siempre vivir solo significa estar solo, ni ser un solitario, sino todo lo contrario.
Muchas veces el hecho de vivir solo y no depender de nadie, facilita el poder elegir qué hacer con nuestro tiempo.
El consejo para todos los adultos mayores que viven sin pareja es para comenzar que acepten la situación y la sustituyan con actividades que implique relacionarse y compartir momentos con personas a su alrededor.
Para mantenerse activo, nada más importante que organizar tu agenda para convertirte en el dueño de tu tiempo, y sobre todo cumplirla. Otra manera de hacerlo es convertir tu hogar en un lugar apetecible para poder invitar a tu familia y amigos, cuidar tu salud física asistiendo a actividades donde convivas con otras personas y la más importante desde nuestro de vista: Solo tú puedes convertir cada momento de tu vida en un momento para compartir con los demás.