Si las llamadas Redes Sociales sorprendieron a generaciones de jóvenes revolucionando toda una era, imagínense a las personas adultas mayores o de la tercera edad; les parecía cosa de magia cuando algún nieto mostraba a sus abuelos alguna imagen de ellos mismos saludando a la cámara del teléfono celular (otro artefacto incomprensible para ellos).
No es difícil comprender por qué los adultos mayores se mostraban molestos al ver a los jóvenes integrantes de su familia absortos ante un monitor de una computadora o de un teléfono celular sin hacer el mínimo caso a lo que sucedía a su alrededor y poco a poco la curiosidad de muchos y la paciencia de otros lograron el acercamiento necesario para que una madre joven pudiera comunicarse con la abuela y saber así cómo se encontraba, si se ofrecía algo o si los nietos que los abuelos cuidaban se encontraban bien o necesitaban algo. La tranquilidad de la familia se esparcía en el hogar. A la abuela o al abuelo no les quedó otra salida que aprender a usar al menos una herramienta para lograr esta comunicación.
Actualmente son cada vez más las personas mayores que usan al menos una red social, la más conocida y fácil: Facebook. Pero gracias al uso de esta red han ido incursionando en otras como Twitter, Instagram, WhatsApp o Pinterest incluso usan el navegador y se han dado cuenta de que es una manera rápida de llegar a una receta de cocina o al domicilio al que quieren llegar.
Actualmente ya no es difícil comprender el cómo se puede conversar y al mismo tiempo tener una imagen y ver el rostro de un ser querido que se encuentra a miles de kilómetros de él o ella, sencillamente toman su celular oprimen una tecla, oprimen otra y ya no les preocupa ni sorprende el mecanismo, la felicidad se nota en sus rostros y empiezan a chatear con un hijo o hija que viven en el otro lado de la ciudad o del mundo.
Las mujeres de la tercera edad y redes sociales
¿Tercera edad? ¿de 60 o 70 años? Eso ya no importa; la brecha digital cada día se estrecha más y vemos mujeres en este rango de edad que son unas maestras en el manejo de sus redes sociales, así es que programan con gran facilidad sus clases de Zumba, paseos, viajes, se introducen en grupos de personas de cualquier edad para organizar bailes, desayunos, etc.
Envejecer ya no es una palabra común en el vocabulario de la mujer adulta mayor actual, como si envejecer no fuera parte de sus planes, la mayoría de ellas han trabajado en la formalidad y una vez jubiladas crecen, estudian, hacen lo que dejaron de hacer por estar siempre al cuidado de un empleo y de una familia al mismo tiempo, y qué mejor aliado que las redes sociales.
… ¿Y los hombres?
Los hombres también se sienten atraídos por la nueva tecnología, aunque con menos intensidad. Ahora son hombres independientes que siguen activos haciendo lo que más les gusta, incluso trabajando y generando algún ingreso extra a su pensión; y si no gozan de esta prestación buscan algo qué hacer y su teléfono es una herramienta para buscar lo que antes encontraban en el periódico como empleos para personas de la tercera edad, noticias de deportes, se mandan “memes” entre sus amigos, se comunican datos que ya sea encuentre uno u otro; ellos quizás están más inclinados a pertenecer a la red social llamada Whatsapp, donde sus opiniones son más privadas que en a red como Facebook o Twitter.
Son hombres y mujeres que se sienten plenos pues pueden tener ratos de ocio y entretenimiento sin ninguna atadura o presión.
La salud es una parte importante para poder llevar a cabo todo lo anterior, y saben lo importante que es mantenerse delgado, realizar algún deporte adecuado o reconocer síntomas, pero es gracias a las redes sociales que están mejor informados y que aprenden a transmitir sus sensaciones y sintomatologías de una manera más elocuente, lo que llevará a su médico a tener una mejor comunicación y quizá a un mejor tratamiento y diagnóstico.