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Publicado el 11/03/2019
Categoría: Adulto Mayor

No se puede negar que una gran parte de este sector (adulto mayor) experimenta serias dificultades en nuestra sociedad enfrentándose a la discriminación y falta de oportunidades, cariño y comprensión; por otro lado, otros más se encuentran rodeados de atención y reconocimiento. Afortunadamente esta situación empieza a cambiar para muchos.

La Ley Federal Para Prevenir y Eliminar La Discriminación en referencia al adulto mayor, en su artículo 12 nos dice que “Los órganos públicos y las autoridades federales, en el ámbito de su competencia, llevarán a cabo, entre otras, las siguientes medidas positivas y compensatorias a favor de la igualdad de oportunidades para las personas mayores de 60 años:

I. Garantizar el acceso a los servicios de atención médica y seguridad social, según lo dispuesto en la normatividad en la materia;

II. Procurar un nivel mínimo y decoroso de ingresos a través de programas, conforme a las reglas de operación que al efecto se establezcan:

a) De apoyo financiero directo y ayudas en especie y

b) De capacitación para el trabajo y de fomento a la creación de empleos, y

III. Garantizar, conforme a la legislación aplicable, asesoría jurídica gratuita así como la asistencia de un representante legal cuando el afectado lo requiera.”

En lo anterior, podemos apreciar generalidades acerca de los derechos que por ley adquieren los adultos mayores, sin embargo el maltrato en la vida cotidiana hacia ellos es usual. Los resultados de la encuesta sobre discriminación señalan que tres de cada diez personas en México consideran que los derechos de las personas adultas mayores se respetan en muy poco. Por otro lado la Enadis (Encuesta Nacional Sobre Discriminación en México, 2010), refiere que las principales limitaciones de la población adulta mayor se deben en un 41.3 por ciento al deterioro propio de su edad avanzada, mientras que el 28.3 obedece a alguna enfermedad, accidentes y limitaciones de nacimiento.

De acuerdo con la Enadis de ese mismo año, 27.9 por ciento de este sector de la población mayor a 60 años ha sentido alguna vez que su edad ha sido factor para que sus derechos no sean respetados.

El Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) 2010, registró que a ese año en México 10.1 millones de personas adultas de más de 60 años, corrían riesgo constante de padecer abandono y desempleo, así como la negación de sus derechos.

Algunos especialistas coinciden en señalar que a la senectud se le segrega y se le aísla, y que la ruptura en las actividades cotidianas en las que participaba se da de forma brusca; que las formas de maltrato psicológico son diversas, como el no tomar en cuenta las opiniones de los ancianos con expresiones como «tú no sabes nada” o “ya estás antiguo” olvidando que ellos son muy importantes en nuestra vida ya que fueron ellos quienes dieron inicio a nuestra propia familia.

Discriminación en la familia.

Los adultos mayores son considerados por sus familiares más jóvenes, seres inútiles, no dignos de confianza y casi un estorbo, sin tomar en cuenta que en algún tiempo fueron la base de un sistema de economía, confianza y amor en el hogar; el apoyo que estos “viejos” en sus mejores tiempos ofrecieron en muchos aspectos y por supuesto, sin esperar nada a cambio es relegado a pesar de que fueron generadores de vida de esas mismas personas. El abandono que sufren los adultos mayores puede provocar depresión, lo que a su vez desencadena en un problema de salud mental pública, por lo que se estima necesario prestarles ayuda no sólo económica o social, sino también emocional.

En lo urbano

Los adultos mayores en la calle, no deben ya esperar que alguien les ceda el asiento en algún transporte urbano, un lugar en la fila de una institución bancaria o en la caja donde esperan pagar por alguna compra. Los más jóvenes “tienen mucha prisa y muchas ocupaciones” por lo que consideran que un viejo puede hacer fila pues no tienen algo más importante que hacer, no considerando que los viejos padecen de dolores y algunos otros síntomas propios de la edad o de alguna enfermedad específicas. Además, no debemos olvidar que las personas adultas mayores también requieren de espacios públicos y privados cuyas instalaciones se adhieran al diseño universal de accesibilidad ya que en muchas ocasiones emplean alguna ayuda para su movilidad como lo son bastones, sillas de ruedas y andaderas.

En el trabajo

Actualmente los empleos -que son muy pocos- para personas que pasan de los cincuenta, sólo son remunerados en una cuarta parte de un salario normal que de por sí es mal pagado, bajo honorarios, voluntariado o con jornadas parciales sin considerar que la experiencia y la responsabilidad son atributos de los adultos mayores, respondiendo a una cultura anterior a la que actualmente se observa.

Los adultos mayores que aún conservan sus empleos tiene un tratamiento “especial” debido a su edad ya que son considerados antiguos o lentos, sin considerar siquiera el ofrecerles un curso de capacitación por ejemplo en el uso de la computadora u otras actividades que merezcan actualizar sus conocimientos; o también en aprovecharlos en actividades que ameriten supervisar situaciones como puntualidad, archivo, telefonía, atención al cliente, etc.

Otros

Otra problemática que sufre este sector es el maltrato que se presenta de manera abierta como golpes, abandono, falta de alimentación y escasa atención, y el maltrato encubierto que se da cuando se echa en cara al anciano su deterioro natural, el cual incluye una regresión tanto física como mental.

A mi parecer un poco de amor, comprensión y empatía en el hogar, haría en el adulto mayor una vida llena de satisfacción, orgullo y felicidad. Llámense como sea, adultos mayores, adultos en plenitud o ancianos lo cierto es que nuestros viejos merecen un espacio y trato digno tanto por parte tanto de autoridades como de la familia.

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