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Publicado el 15/02/2022
Categoría: Cultura

El amor es considerado uno de los fenómenos interpersonales más importantes, relacionándose además con la salud, la felicidad y el bienestar general. Sin embargo, el acercamiento científico al amor como objeto de estudio no se ha ampliado a las personas con discapacidad intelectual, aun cuando sí se estén desarrollando programas y actuaciones centradas en la educación afectivo-sexual.

Este artículo, basado en un estudio titulado «amor y enamoramiento en personas con discapacidad intelectual: un campo por explorar», pretende dar iniciar al debate, pues se basa en la conocida Escala Triangular de Sternberg (o la medida del amor), a una muestra de personas con discapacidad intelectual, la cual establece tres componentes principales del amor: Intimidad, Pasión y Compromiso.

Tras adaptar el instrumento a 75 personas con discapacidad intelectual en España, se obtuvieron los siguientes resultados:

  • Se obtienen puntuaciones elevadas en todos los componentes.
  • Se encuentran diferencias significativas en función de la edad, la ubicación institucional y el hecho de tener o no pareja en el momento del estudio, pero no en función del sexo ni del nivel de funcionamiento.
  • La Escala Triangular presenta un elevado coeficiente de fiabilidad alfa y su estructura factorial es coherente con la propuesta por Sternberg.

Sin embargo, a pesar de su relevancia, el amor no ha sido considerado objeto cientifico hasta avanzada la decada de 10s 60 y la decada de 10s 70 (Sangrador, 1993; Yela, 2002), si bien es cierto que en España su estudio fue más tardio, iniciandose en la decada de 10s 80 y sobre todo en 10s 90.

No obstante, este estudio científico del amor aún no ha alcanzado a la población con discapacidad y menos a las personas con discapacidad intelectual. En este sentido, si bien es cierto que van proliferando los estudios sobre la vida afectiva de las personas con discapacidad, no es menos cierto que se han centrado en un área más específica: La sexualidad.

De hecho, desde una perspectiva histórica, las referencias al ámbito afectivo – sexual han sido prácticamente inexistentes hasta bien cercana nuestra época actual y, cuando han comenzado a aparecer, se han focalizado en respuestas como la segregación, la esterilización y en el mejor de los casos, al simple olvido de su dimensión afectivo-sexual (Aguado, 1995; Lofgren-Martenson, 2004; Scheerenberger, 1984).

En general, las personas con discapacidad de la muestra han puntuado de manera elevada en todos 10s componentes (con distribuciones asimetricas negativas), resultado que tambien suele observarse en 10s estudios realizados con población sin discapacidad quizás debido a la tendencia a percibir de manera sesgada (positivamente) la realidad.

Al analizar los resultados en función de las diversas variables, no se encontraron diferencias significativas en función del sexo, ni del funcionamiento, aunque sí en relación con la edad, donde, en general, las puntuaciones más elevadas se han encontrado entre aquellos con edades comprendidas entre los 26 y los 30 años (intervalo de edad donde, de hecho, se encuentra una proporción significativamente mayor de personas con pareja).

Asimismo, en relación con la ubicación, las puntuaciones han sido significativamente más elevadas entre aquellos que pertenecen al centro residencial que entre los que asisten al centro educativo. De hecho, este dato es coherente con el anterior, al coincidir la edad con la ubicación institucional, a la par del hecho de que precisamente en el centro institucional aparecen parejas con mayor frecuencia.

Por todo ello, es lógico que hayamos encontrado diferencias significativas en todos los componentes entre los que si tienen pareja en el momento del estudio (puntuaciones más elevadas) y los que no (puntuaciones inferiores).

Esto puede deberse a que aquellos que no tenían pareja en la actualidad, deberían recordar experiencias pasadas o, en su caso, tratar de imaginar una relación, lo cual resulta mucho más problemático que responder en función de la relación actual.

Entre las posibles limitaciones del estudio, creemos importante señalar las siguientes:

  • Solo se ha utilizado un método de evaluación (autoinforme aplicado mediante entrevista), con los consabidos sesgos que pueden aparecer.
  • La muestra es reducida (N=75) por lo que 10s datos deben ser interpretados con prudencia.
  • A raíz de estas limitaciones, consideramos que las investigaciones y estudios futuros podrían seguir las siguientes lineas:
    • Incluir nuevos y diversos instrumentos de evaluación (evaluación multimétodo), tales como la observación de conductas o el establecimiento de grupos de discusión. Asimismo, podrían aplicarse distintas escalas y validarlas para población con discapacidad, o diseñar escalas nuevas.
    • Ampliar la muestra, con el fin de obtener datos que permitan llegar a conclusiones sobre el amor y el enamoramiento en personas con discapacidad intelectual.

Finalmente, consideramos que, a pesar de las limitaciones, este trabajo es relevante en tanto y cuanto abre una vía de estudio en un campo por explorar como es el del enamoramiento y el amor en las personas con discapacidad intelectual.

Esperamos que con ello se despierte el interés de otros investigadores por seguir líneas similares.

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